Primeramente déjenme que felicite efusivamente a la policía y la guardia civil españolas y la gendarmería francesa, pues sin ellos lo que se está consiguiendo en la lucha contra el terrorismo de los asesinos de ETA, nunca se podría haber logrado, en tan sólo veinte días han vuelto a detener a los nuevos cabecillas de la banda terrorista.
Y desde luego si yo fuese etarra estaría pensándome dos veces coger el carro descalabrado de la banda terrorista, sin saber por dónde me están llegando todos los golpes, que trabajo están realizando la policía y la guardia civil. Están literalmente rodeados.
Ahora tenemos que estar alerta más que nunca, porque asesinar por la espalda es muy fácil, y a pesar que se pueden estar pensando si seguir o no, todavía quedan tarados con armas y bombas en la mano para poder ejecutar algún atentado más.
Pero regocijémonos en lo más sugestivo de la noticia y es que a los nuevos jefes de ETA no les da tiempo ni a lucirse, nada más llegar al siniestro mando, los cazan, cada vez en un plazo menor de tiempo, es Aitzol Iriondo, que cayó ayer, y será para la historia recordado como Irindo el breve, si se demuestra que es el asesino de Cap Breton (Francia) y el autor de otras actuaciones sanguinarias, pasará nueve mil veces más días en la cárcel que al mando de la banda terrorista.
Ha costado mucho tiempo, pero sobre todo sangre y víctimas, para, quizás, estar tocando con la punta de los dedos el final de una época de terror y de asesinatos en España y sobre todo en el País Vasco.
Y desde luego si yo fuese etarra estaría pensándome dos veces coger el carro descalabrado de la banda terrorista, sin saber por dónde me están llegando todos los golpes, que trabajo están realizando la policía y la guardia civil. Están literalmente rodeados.
Ahora tenemos que estar alerta más que nunca, porque asesinar por la espalda es muy fácil, y a pesar que se pueden estar pensando si seguir o no, todavía quedan tarados con armas y bombas en la mano para poder ejecutar algún atentado más.
Pero regocijémonos en lo más sugestivo de la noticia y es que a los nuevos jefes de ETA no les da tiempo ni a lucirse, nada más llegar al siniestro mando, los cazan, cada vez en un plazo menor de tiempo, es Aitzol Iriondo, que cayó ayer, y será para la historia recordado como Irindo el breve, si se demuestra que es el asesino de Cap Breton (Francia) y el autor de otras actuaciones sanguinarias, pasará nueve mil veces más días en la cárcel que al mando de la banda terrorista.
Ha costado mucho tiempo, pero sobre todo sangre y víctimas, para, quizás, estar tocando con la punta de los dedos el final de una época de terror y de asesinatos en España y sobre todo en el País Vasco.